Entre tus manos pongo mi existir.
Hay que morir, para vivir.
Entre tus manos confío mi ser.
Si el grano de trigo no muere,
si no muere, solo quedará.
Pero si muere, en abundancia dará
un fruto eterno que no morirá.
Hay que morir, para vivir.
Entre tus manos confío mi ser.