Virgen del silencio, preferida del Señor,
Virgen del silencio, preferida del Señor,
corazón de madre y consuelo en el dolor,
a ti siempre acudimos cuando todo nos va mal.
María danos fuerza en el andar.
Tu inmensa hermosura coronada de humildad,
nos muestra la senda por la que hemos de avanzar.
Somos hijos tuyos, haznos dóciles a Dios.
Aparta de nosotros aquello que nos impide
ser fieles al Señor.
Corazón de María,
guárdanos del mal,
y danos tú la fortaleza para a Cristo predicar
venciendo los egoísmos,
superando los problemas.
Madre me consagro a tu amor de corazón.
Corazón de María,
guárdanos del mal,
y danos tú la fortaleza para a Cristo predicar
venciendo los egoísmos,
superando los problemas.
Madre me consagro a tu amor de corazón.
Virgen disponible a la voluntad de Dios
tu presencia inunda de amor nuestro corazón.
Quiero agradecerte en tu espera silenciosa
de momentos en que me olvidé de ti.
Y mientras la vida sigue su ritmo normal.
Tú te haces presente en nuestro mundo real.
Creen que eres quimera, sueño e imaginación,
pero Tú, María, no haces caso y nos esperas
siempre esperas con amor.
Corazón de María,
guárdanos del mal,
y danos tú la fortaleza para a Cristo predicar
venciendo los egoísmos,
superando los problemas.
Madre me consagro a tu amor de corazón.
Corazón de María,
guárdanos del mal,
y danos tú la fortaleza para a Cristo predicar
venciendo los egoísmos,
superando los problemas.
Madre me consagro a tu amor de corazón.