En el bautismo renacimos a una vida singular.
Y al confirmar hoy nuestra fe,
la proclamamos compartiendo el mismo pan.
No vayas triste, en soledad,
ven con nosotros y verás
a los hermanos caminando en el amor.
Ven con nosotros y serás
en la familia un hijo más;
iremos juntos caminando en el amor.
Yo la verá envejecer,
pero a mi madre aún con arrugas y defectos la querré.
La quiero más, pues sé muy bien
que ha envejecido sin dejarme de querer.
No vayas triste, en soledad,
ven con nosotros y verás
a los hermanos caminando en el amor.
Ven con nosotros y serás
en la familia un hijo más;
iremos juntos caminando en el amor.